Posiblemente sí lo sea, aunque no es la sensación que percibo cuando repaso las clasificaciones tanto individuales, como de parejas. Las primeras, por su carácter subjetivo, no son tan fiables como las de parejas, conformada con datos concretos atendiendo a hechos reales.

Estoy limitándome a analizar lo acontecido hasta el día o momento en que escribo la presente colaboración. Figura en primer lugar Iribarria, posición que creo no le corresponde. Una cosa es la coalición y otra muy distinta el mérito individual de cada pelotari. Evidentemente la pareja Iribarria – Rezusta, funciona, se entienden perfectamente y saben que hacer tanto si el partido transcurre cómodo o si lo hace en situaciones menos favorables para sus intereses.  Por otra parte, y ha de quedar muy claro, soy un admirador de este pelotari, estelarista, casi desde que pisó las canchas en categoría profesional. Fue además un pelotari deslumbrante, en el último manomanista de primera, aunque algunos achacaron al material excesivo, parte de su éxito. Personalmente me quedé asombrado de semejante zurda, de semejante  potencia y  puedo afirmar rotundamente que hasta la irrupción de Irribarria en las canchas, nunca había visto sotamanos tan apabullantes.

No sé quiénes votan, o califican las actuaciones puntuales de cada participante, pero lo más serio y riguroso sería conocer los nombres, los medios donde prestan trabajan o colaboran y los fundamentos técnicos en los que basan sus opiniones.  No publicar estos elementales datos personales, deja en entredicho, una vez más, los misterios insondables de las dos empresas o reafirma el oscurantismo permanente al que se aferran como lapas.

A día de hoy, Iribarria – Rezusta dominan de largo a sus contrincantes, y de no mediar lesiones u otras circunstancias ajenas  a lo meramente deportivo, mucho me temo, que tiene plaza asegurada el día de la gran final.

Son del todo incomprensibles, los puestos quinto, de Bengoetxea , o sexto de Urrutikoetxea. Los dos están jugando mucho, y los dos merecen el reconocimiento casi unánime de los aficionados.

Clama al cielo, que los dos delanteros citados, ocupen las dos últimas posiciones en la clasificación general de parejas.

El último campeón de parejas, Urrutikoetxea, es paradójicamente, el farolillo rojo de la competición.  Yo no lo veo justo, ¿Y  ustedes?